jueves, 10 de enero de 2013

CAPI exige al Gobierno de la Nación que abandone las políticas de “austericidio”

Cada vez existen más voces discordantes que avisan de que las medidas “anti-crisis” basadas en los recortes económicos, la austeridad, subidas de impuestos directos e indirectos, flexibilización del despido, etc., no sólo no funcionan, sino que están consiguiendo el efecto contrario al esperado. El propio Fondo Monetario Internacional (FMI) admite que “se equivocó”.

Desde CAPI piden que se revierta la situación y las medidas tomadas por el gobierno del Partido Popular y que la crisis no se convierta en la excusa perfecta para tomar decisiones que perjudican a muchos en beneficio de unos pocos.



CAPI, la organización nacional más importante de partidos independientes (vecinales, locales y regionales) y que aglutina a cerca de 200 ediles, una veintena de alcaldías y 50.000 votos fruto de las últimas elecciones municipales, reclama al presidente del Gobierno de la Nación, Mariano Rajoy, que reconsidere su postura con respecto a las políticas de recortes y ajustes económicos que el Partido Popular ha impuesto desde que llegó al poder en 2011, unas medidas que fueron ejecutadas previamente en otros países de la Unión Europea y que, además de no frenar la desaceleración económica, sólo consiguieron una importante merma en los ingresos de las arcas públicas, a pesar de las subidas continuas de impuestos, además de recortes en servicios, derechos laborales, calidad de vida y poder adquisitivo de sus respectivos ciudadanos. 

Para el presidente de la Confederación, Carlos Delgado, “los datos son contundentes. A pesar de que desde el Gobierno se empeñen en decir que a finales de 2013 habrá un cambio de tendencia, algo que suena como los ‘Brotes Verdes’ del ex presidente Zapatero, estamos viendo que los recortes en servicios, derechos y el aumento del paro son la tónica habitual por las medidas impuestas por organismos internacionales como el FMI o desde Alemania, el país que ‘tira del carro’ en la Unión Europea. Saldremos de la crisis, cada vez hay más duda, pero en todo caso ¿qué coste social y en bienestar real supondrá para nuestros ciudadanos este ‘austericidio’ generalizado? ”.
 
Hace unos días el economista jefe del propio FMI, Oliver Blanchard, entonó un mea culpa afirmando que “se habían equivocado y que se estaba siendo demasiado duro con las exigencias económicas impuestas a los países”. Así, según un informe de conclusiones presentado por este organismo se afirmaba que se “subestimó significativamente el incremento del desempleo, la caída en el consumo privado y la inversión asociados a la consolidación fiscal”. Además, la Oficina Federal de Estadística de Alemania (Destatis), el país ejemplo para todos las naciones de la UE, emitía otro informe que demostraba que uno de cada cinco alemanes vive en condiciones de pobrezas, es decir, que 16 millones de germanos no podían hacer frente al pagos como los alquileres de de vivienda y gastos derivados de la misma, o permitirse al menos una comida completa cada dos días, o el Instituto de Macroeconomía Alemán (IMK) que ha exigido “un cambio radical porque las políticas de austeridad ya no sirven para reducir la deuda, sino que la aumentan”. 

“Desde CAPI instamos a la reflexión, a revertir la situación y muchas de las medidas tomadas, a poner la economía al servicio de las personas y no al revés, a la inversión frente a la restricción, al recorte de verdaderos gastos superfluos en los organismos, empresas y administraciones públicas, estatales, autonómicas y locales, a trabajar en la mejora de la eficiencia de los servicios públicos sin necesidad de recortar o suprimir, a que fluya el crédito para la emprendedor, pero también para el superviviente, perseguir la morosidad y al que evade impuestos, pero también, ser solidarios con quien realmente más lo necesita. La crisis económica no puede ser una excusa como hasta ahora para tomar decisiones que perjudican a muchos en beneficio de unos pocos”, finaliza Delgado.


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